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martes, 25 de febrero de 2014

Gabriel Gaspar cuestiona manejo post La Haya

25 de febrero de 2014
Gabriel Gaspar cuestiona manejo post La Haya:

“Piñera y su canciller son responsables de la pérdida de más de 20 mil km cuadrados de territorio nacional… y no he visto ninguna actitud autocrítica”

El ex embajador señala que el gobierno quedó descolocado con el resultado de la Corte y que desde entonces no ha sabido reaccionar. Las tres semanas que tardó el envío de la nota de protesta, dice, no tienen explicación. “Perú revindicó un territorio que es nuestro y se cumple lo que muchos advertimos: que aquí no había una voluntad por cerrar los temas pendientes”, señala Gaspar.
Ha sido una de las voces más críticas respecto a la estrategia de la Cancillería. Gabriel Gaspar, experto en relaciones internacionales, ex embajador y ex subsecretario de Guerra, hace un crudo análisis de cómo se ha enfrentado el escenario pre y post La Haya. Apunta a que el tema se ha manejado mal, que el gobierno quedó desconcertado y que no se ha hecho una autocrítica por los 20 mil kilómetros cuadrados de mar que Chile perdió.
Sobre todo, en la polémica por el triángulo terrestre –una zona de 3,7 hectáreas que ambos países reclaman como suya–, días después de que La Haya emitiera su fallo. Perú publicó el 3 de febrero un mapa adjudicándose el triángulo. Chile respondió con una nota de protesta que se envió el pasado viernes 21 de febrero al país vecino. Hecho que Gaspar califica como “un manejo muy poco profesional”, por la lenta reacción del Ministerio de Relaciones Exteriores conducido por Alfredo Moreno.
Además, critica las últimas declaraciones que Sebastián Piñera hizo sobre Venezuela. “No es bueno decir que los gobernantes de un país mienten. Es un cierre poco diplomático”, dice Gaspar sobre el desempeño de la administración de Piñera en el último mes antes de dejar La Moneda.
-Hoy se supo la respuesta de la Cancillería peruana a la nota de protesta que envió el viernes Chile. ¿Cómo evalúa el desempeño de la Cancillería chilena en el manejo de la polémica por el triángulo terrestre?
-Lo primero es que nos llama la atención la demora en presentar la nota pese a las reiteradas veces que se anuncia en la prensa por las propias autoridades. También llama la atención el secretismo. Porque uno se entera hoy (ayer) por confirmación de la prensa peruana que la nota fue enviada el viernes. Pareciera que se trata de una nota prematuramente anunciada. Demorada, no se sabe por qué razones, y que pareciera secreta para los chilenos y cuya respuesta es pública por parte de Perú. Es un muy mal manejo profesional, que reitera los errores en la conducción diplomática en la relación con el Perú, que entre otras cosas implicó la perdida de territorio marítimo.
-Es una actitud que contrasta con la de Torre Tagle, que envió en poco tiempo una nota de protesta a Chile por un incidente en su Consulado…
-Claro. El presidente Piñera y su canciller Moreno son responsables de la pérdida de más de 20 mil kilómetros cuadrados de territorio nacional. Eso es grave, muy grave. Y no he visto ninguna actitud autocrítica. En todas las instituciones serias existe un departamento de análisis de errores, para no cometerlos de nuevo, que es encabezado por las autoridades. Aquí no hay nada. Al contrario, en los primeros días escuché que la gente decía que se resguardaron nuestros intereses. Pero, por favor, cómo se van a resguardar nuestros intereses si perdimos territorio. Escuché después a autoridades diciendo que habíamos ganado porque nos quedamos con la zona de mejor pesca. O sea, para estos señores, perder más de 20 mil kilómetros no significa una pérdida. Ese tipo de óptica lo encuentro muy lamentable. Después, Perú revindicó un territorio que es nuestro y se cumple lo que muchos advertimos: que aquí no había una voluntad por cerrar los temas pendientes. Ese territorio es nuestro, es chileno.
-¿Fue una señal de debilidad la tardanza en el envío de la nota de protesta? 
-Se vaciló y no sabemos las razones, que deberán ser explicadas  por las autoridades. Yo diría que se mostraron todas las falencias. Al menos en el manejo de la relación vecinal, tanto con Perú como con Bolivia. Hubo una preocupación por los titulares de prensa, pero no por los intereses permanentes. Este gobierno nos está entregando un país más chico que el que recibió. Frente a eso ni siquiera hace autocrítica y ni siquiera se hace respetar. Hay partes del fallo de La Haya que obligan a que el Perú aplique la Convemar, frente a eso el gobierno guarda silencio. Perú no cumple con una parte del fallo de La Haya que nos instruye a ambos países a ajustar nuestras legislaciones internas a la normativa internacional y específicamente la Convención del Mar (Convemar).
-¿A qué responde la actitud del gobierno en el escenario post La Haya?
-Creo que la Cancillería y el gobierno quedaron descolocados. Ellos siempre privilegiaron el entendimiento económico. Se nos dijo durante tres años que este era un tema jurídico, lejano, que había que encapsularlo y que nos íbamos por las cuerdas paralelas. ‘Hay que dejar en La Haya lo que es de La Haya’, citando las palabras textuales. Se desplegó una estrategia de pisco sour y condecoraciones. Pero cuando el fallo ya era evidente, se transformó en un tema estratégico. Se citó al Cosena, pero una semana antes del fallo. ¿Por qué se esperó 3 años y 10 meses para hacer esto? Después del fallo se nos dice que ganamos. ¿Por qué?, porque nos quedamos con las 80 millas que tienen mejor pesca. Pareciera que el tema es pesquero. Eso muestra la óptica con la que se abordó el tema, porque significa que les importa el territorio que da ganancia. Las 120 millas restantes no dan ganancia, no importan. Ese es un criterio economicista y pequeño, inmediato. Ha predominado una óptica economicista, mercantilista y, por lo mismo, los temas estratégicos quedaron descolocados.
-¿Cómo queda Chile en el barrio?
-Vamos a tener que hacer un balance. Lo menos que podemos decir es que Chile ha terminado con relaciones muy frías en el barrio. Con el que se pensaba que estábamos en el mejor momento de la historia, que es Perú, resulta que no es cierto, porque estamos enfrascados en una nueva controversia. Con Bolivia estamos con una demanda. Con Argentina no hay conflicto, pero tampoco cariño. Brasil y Ecuador que de antaño eran leales y afectuosos amigos de Chile, hoy no están así. Habría que preguntarse por qué la presidenta Dilma Rousseff rechazó cerca de cinco invitaciones a Chile. Bueno y para qué decir las relaciones con Venezuela. Las relaciones son entre Estados, no entre gobiernos. A los chilenos no nos gusta que se metan en nuestros asuntos, tampoco corresponde que nos metamos en los asuntos de otros.
-Es lo que ha hecho el presidente Sebastián Piñera con sus declaraciones sobre el gobierno de Nicolás Maduro. ¿Afecta eso a la administración entrante? ¿En qué posición queda la nueva administración? 
-No es que con esto se complique a Michelle Bachelet y su gobierno. Se complica a Chile.
-¿Por qué? 
-No es bueno decir que los gobernantes de un país mienten. Que los diplomáticos de otros países hablan demasiado. Que el sistema político del país X es malo. Eso no es diplomático. Yo creo que todo esto va a obligar a que la diplomacia y la política exterior chilena retomen su curso, que es el de estar presente fuertemente en los temas políticos de la región. Vamos a tener que reinsertarnos en América Latina. Si descuento la buena relación que tenemos con Colombia, con el resto de los países solamente tenemos relaciones frías.
-El próximo 11 de marzo vendrán varios presidentes de la región, ¿será esta la primera prueba del nuevo gobierno?
-La presidenta electa ya tuvo un primer gesto, que fue cuando estuvo en La Habana. Ahí estuvo con todos los presidentes y fue bien recibida. Cuando ella habló por pocos minutos hizo una alocución a la reinserción en América Latina. Creo que muchos países tienen interés en profundizar la relación con Chile

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Análisis de coyuntura: Sensación térmica: elección cuasi definida.


Gabriel Gaspar

Las elecciones del 17 de noviembre confirmaron una tendencia  muy anunciada: la amplia adhesión de Michelle Bachelet en la ciudadanía.  Pero junto a ello tenemos dos verdades rotundas: la derrota del Gobierno y la derecha, junto a una sociedad crecientemente abstencionista.

Lo último llama la atención, especialmente si consideramos que en los últimos años Chile ha sido testigo de numerosas y variadas movilizaciones sociales.  ¿Por qué no votan los chilenos?  Es una gran pregunta, que probablemente tenga muchas respuestas, pero la tendencia a la baja concurrencia es persistente, aumentada en esta oportunidad por la voluntariedad del voto acordada en la ultima reforma electoral.


La derrota del oficialismo.


En cualquier indicador que se utilice, numero de parlamentarios electos, total de votos, ex autoridades que concurrieron como candidatos, la tendencia es una sola: la ciudadanía mayoritariamente es crítica de la gestión de la derecha.

Nos acercamos así a una alternancia en el poder.  Para la derecha, llegar segunda, a mas de 20 puntos de la primera posición, es la victoria de consuelo. 

Hoy mas que nunca se advierte la diferencia de intereses entre el gobierno y los dos partidos de la derecha.  La Moneda ingresó al Callejón de la Soledad que terminará de cruzar  hasta marzo.   El gobierno queda debilitado, sigue y seguirá siendo la autoridad hasta el cambio de mando, pero ya no tiene ninguna capacidad de hegemonizar el proceso político.  Hace mucho tiempo también había perdido la hegemonía moral y cultural de la sociedad.

¿Quien perdió mas en el oficialismo?  ¿La Moneda? ¿La candidata? ¿RN o la UDI?

El recuento de bajas es amplio, pero mas allá de lo numérico, cabe destacar:

a)    el pinochetismo simbólicamente ya no estará en el congreso.  En la próxima legislatura, las ausencias de Novoa y Cardemil serán muestra palmaria que el viejo régimen ya pasó hace rato.
b)   Asimismo, los triunfos de Andrés Allamand y José Manuel Ossandón en las senaturías de Santiago, tienen un doble efecto: por un lado propinan una fuerte derrota a la UDI, pero a su vez, permiten la consolidación de dos liderazgos de una eventual “nueva derecha”, liberal y post pinochetista, que desbanca las inocultables ambiciones del actual Presidente por asumir ese rol en el futuro inmediato.
c)    Pero en su conjunto, la actual coalición gobernante se ha quedado sin discurso, en realidad hace rato que padece de ello.  Sin propuestas ni ofertas de futuro, en actitud defensiva y a ratos agresiva (especialmente en su candidata) es difícil convocar a una mayoría política y electoral.  Si la derecha chilena se preparó “veinte años para gobernar” como afirmaron en la campaña presidencial del 2009, y su meta era “el desalojo”, el magro resultado que obtuvo el domingo 17 muestra que a futuro esas banderas hoy convocan a muy pocos, ni siquiera al voto duro histórico que ha tenido la derecha desde la recuperación de la democracia.
d)   Ojo, en la UDI si bien disminuyeron sustantivamente el numero de diputados, también se redujo la media de edad de los mismos.  Emerge una nueva generación, “post coroneles”.  Lo que no quiere decir necesariamente que sean mas dúctiles en política y en doctrina.


La oposición.


Es evidente que el liderazgo de Bachelet es lo que aglutina a la mayoría de la oposición y de la sociedad.   A su vez, pese a la amplia diversidad de candidaturas presidenciales, solo la de Marco Enríquez – Ominami es la que tendrá continuidad política, en el resto, estamos en presencia de liderazgos efímeros o terminales.  Marco y el PRO desarrollaron una campaña propositiva que los afirma como un emergente factor en la política nacional.

Dato no menor es adonde se inclina la balanza.  Si excluimos a los votantes de Mathei – Parisi y Jocelyn, tenemos que mas del 60 % de los que sufragaron el 17, lo hicieron por opciones de centro- izquierda y de izquierda mas allá del PC.  Nuevamente, exigirá una lectura mas detenida, el análisis de las motivaciones de los chilenos que voluntariamente no votaron.

La coalición bacheletista tiene varias tareas por delante, junto con consolidar su hegemonía en la segunda vuelta, al mismo tiempo deberá empezar a organizarse para asumir la administración del país.  En esta segunda vuelta electoral probablemente los contornos y las diferencias de los dos proyectos políticos y sociales que encarnan las dos candidatas se hagan mas nítidos.   Una inevitable polarización se acerca, pero ambas candidatas se han adelantado a señalar que esta segunda vuelta será con respeto y propositiva. 

La oposición logró importantes avances en ambas cámaras, dispone en el papel de una mayoría sustantiva.  Se trata de un vasto arco de fuerzas y personalidades, muchos se preguntan como se comportara esa diversidad en los próximos años de gobierno.  Lo cierto es que muchos de  los parlamentarios, sino la mayoría, han logrado sendas victorias por sus meritos pero también al amparo de la popularidad de Bachelet.

En la oposición todos ganaron algo, algunos en lo particular perdieron, pero como fuerzas políticas todos sumaron en las huestes de la Nueva Mayoría.  Destacan dos novedades dentro de muchas. Los comunistas doblaron su bancada al subir de 3 a 6 sus parlamentarios.  Tres de ellos superaron el 40% de apoyo en sus distritos, tres de ellos pertenecen a las Juventudes Comunistas.  Después de décadas de anti comunismo, el PC vuelve a instalarse como un actor político pleno en el país.  

También sobresale la constitución de una transversal bancada surgida de los movimientos sociales, expresada por ex dirigentes estudiantiles y regionales.  Se recupera asi una tradición contemporánea de la política chilena, el transito de las federaciones estudiantiles al congreso y la política.  En los sesenta del siglo pasado fue el caso de Luis Maira, Insulza y Ravinet.  En los años de la Unidad Popular fue la camada de Alejandro Rojas (FECH y PC), Carlos Lorca (PS asesinado en la dictadura).  Fueron los años de la emergencia del gremialismo en la UC que daría origen a la UDI.  También cuando las luchas de los pinguinos de la época las encabezaban entre otros Andrés Allamand y Camilo Escalona. 

La oposición se prepara para transformarse progresivamente de fuerza política y electoral, a bloque de gobierno, será un proceso no fácil, donde si bien muchos tienen mucha experiencia, deberán entender que la sociedad demanda renovación de rostros y de practicas. 


El movimiento social


Lo medular del movimiento social se hizo presente en las pasadas elecciones a través de la elección de muchos lideres surgidos de sus filas, todos vinculados a la oposición, aunque no necesariamente a la Nueva Mayoría. 

El alto abstencionismo, en este punto, plantea varias hipótesis:

a)    no todos los que se movilizaron en los años precedentes votaron en esta oportunidad.
b)   La oferta de candidatos presidenciales alternativos no  encontró mayor eco en la ciudadanía.

La altisonancia de algunas declaraciones de lideres de estas agrupaciones denota un fuerte sesgo vanguardista,  radical en sus afirmaciones, quedando por verse cual sera su conducta en el futuro.  Tendremos en el periodo próximo  la presencia de una “ultraizquierda”?  O de variadas organizaciones “ultras”?  Irán mas allá de la lírica de sus palabras?


Colofón

Viviremos la ultima pata de una larga cueca electoral.  En lo que respecta a Michelle, ya lleva varios meses en campaña, virtualmente desde que bajo del avión.

Junto a este proceso electoral,  la administración de Sebastian Piñera emprende su travesia del desierto, pese a ello, trata de despedirse creando ministerios en su ultimo trimestre, nombrando embajadores por pocos meses y enviando sendos proyectos de ley.  Pareciera que estuviera iniciando su administración y no con el sol quemando en la espalda.

Como tradicionalmente se suele decir que toda elección tiene un resultado numérico y otro político,  en esta oportunidad se da un común denominador, en los dos perdió el oficialismo.

Chile se prepara a una alternancia

martes, 13 de agosto de 2013

INFORME DE COYUNTURA DE GABRIEL GASPAR

Sensación térmica:  Se despeja la pantalla
Los candidatos en tierra derecha, se cierra momentáneamente ciclo de inestabilidad de la derecha, Gobierno culmina “semana horrible”, economía a la baja progresiva junto a sociedad inquieta.

Gobierno y oficialismo
  
Los primeros días de agosto probablemente sean de los mas costosos que ha tenido la actual administración en todo su período.  Varios escándalos sacudieron las bases del relato gubernamental, pero junto a ello, la agonía de la definición presidencial desangró al oficialismo hasta extremos desconocidos a la fecha.

Recordemos que este Gobierno se instalo bajo la tesis del desalojo de la Concertacion, y de su reemplazo por un gobierno  de excelencia, “el gobierno de los mejores”.  En los primeros días escuchamos la altinosante frase de que “en veinte días hemos avanzado mas que en veinte años”.

Un gobierno que hizo desde un principio rector de su afán mediático por encima de los contenidos empezó hace rato a pagar los costos de esta estrategia, que puede lograr algunos titulares –sobre todo de medios afines- pero que muchas veces, cuando está  desprovisto de contenidos, paga elevados costos a mediano plazo.

Esta semana reventó el tema de las fallas en el Censo de Población del 2012, que fuera anunciado “como el mejor censo de la historia”.   El informe de la comisión independiente que desnudó sus fallas es lapidario, la única duda que queda a estas alturas,  es si es necesaria una segunda opinión para ver si se pueden salvar algunos muebles después del desastre.

Si bien el propio presidente pidió perdón por el fracaso, la ausencia de medidas correctivas deja el gesto a medias.  Consideremos que el daño a la línea de flotación, en el área de la medición objetiva de la realidad nacional, ya estaba averiada por los resultados de la encuesta CASEN que terminó con la desafiliación de CEPAL de su patrocinio, ante las quejas que levanto su manejo por parte del gobierno.  La manipulación de datos se yergue como un fantasma de elevados costos, y junto a ello, la certeza de que al menos en esta área, “no estaban los mejores”.

Pero no todo fueron problemas técnicos.  El asesinato de un líder mapuche en condiciones aun no aclaradas, vuelve a poner en duda la capacidad política en manejar el tema, pero también evidencia el error de concebir el tema étnico como un tema de orden publico.  Por cierto, la protesta étnica no es achacable a este Gobierno, tiene mas de 500 años, pero es evidente que el uso de mecanismos predominantemente represivos y de seguridad , que han sido privilegiados en el ultimo tiempo no responden a la solución.  Para desgracia del gobierno, el propio relator de ONU en días previos había criticado el uso –y abuso- de la ley antiterrorista.

En suma, el Gobierno empieza a ser desbordado en varios frentes y no se ve que se trate de casos aislados, sino de una condición de gobierno de minorías que desgraciadamente, se está instalando en el país.

Por su parte los partidos de derecha culminaron el pasado fin de semana, uno de los episodios mas duros de su ya larga convivencia.  Renovación Nacional recién  el  sábado 10 acordó proclamar a su ex militante, hoy de la UDI, Evelyn Mathei como su candidata presidencial. 

Haciendo un recuento, a comienzos de año la UDI levantaba la candidatura del empresario Lawrence Golborne, que luego de un brusco traspiés, fue rápidamente reemplazado por el experimentado Pablo Longueira, líder del riñón gremialista que logró derrotar a Andrés Allamand en las primarias del 30 de junio.  Todos sabemos luego lo que paso con la salud de Longueira y la rápida emergencia, primero en la Moneda, luego en el partido, de la candidatura de Mathei.  En pocas palabras, en cuestión de meses, la UDI ha tenido tres candidatos presidenciales. Muchos muros del país y mas de alguna gigantografía aún vigente así lo atestiguan mudamente.

Renovación en cambio fue mas constante y se alineó desde un principio en torno a su líder Andrés Allamand,  su  estrecha derrota en las primarias no fue antecedente para evitar el veto gremialista, que –con el visto bueno de la Moneda- coloco a Renovación en una situación imposible.  El resultado lo definió el propio Allamand que llamo a apoyar a Mathei en un gesto de unidad “mas allá del cerebro y del corazón” como dijera en su discurso donde no escondió sus criticas a sus aliados y por cierto, al propio Gobierno.

Por fin,  a 100 días de la elección, la derecha tiene un candidato común.  No la tiene fácil.  La propia Evelyn aludió a su condición de  David (¿ante Goliat Bachelet?).

Pero el incidente permite ver gruesas fisuras en el oficialismo.  Seguirá este matrimonio? O lo une la cama del binominal?  Claramente queda claro que los dos partidos de la derecha, aún cuando duermen juntos, tienen diferentes sueños.

También queda en entredicho la identidad de ambos partidos con la gestión de Gobierno.  El discurso de Allamand en su partido fue explicito en la crítica. No es nueva esta posición, mientra fue senador mantuvo una postura similar respecto a la Moneda.  Justo es decir que no estaba solo, porque a estas alturas pocos recuerdan la frase del entonces senador Pablo Longueira en el primer año de la actual administración, cuando señalo que “el problema del gobierno de Sebastian Piñera, es Sebastian Piñera”, en un prematuro avisaje del personalismo del mandatario, muchas veces por encima de los intereses del sector que lo había elegido.  Luego, ambos senadores fueron incluidos como ministros proporcionándole peso político a un gabinete que hacia agua por varios lados y las críticas se acallaron.

¿Que quedara del matrimonio de la derecha después de las elecciones? ¿Que quedara después de que pase este gobierno?  ¿Serán sus intereses comunes ante futuras reformas políticas?

La derecha inicia así su campaña de cara a varias interrogantes, todas vinculadas a su futuro: la continuidad de su unidad, la actitud que mantendrán frente al Gobierno en los meses que restan. En esto último hay limites, porque no es posible pasarse a la oposición en los últimos meses de campaña.  El vacío lo puede llenar una campaña de polarización y de amedrentamiento del electorado ante el eventual triunfo de Bachelet.  En eso coinciden con el ministro de Hacienda, que explica la baja de la economía por el programa de la oposición, en gestos que lindan en intervención electoral.

Un factor emergente en la derecha, mas específicamente en el liberalismo, es la candidatura de Franco Parisi, quien finalmente logró las firmas necesarias para su inscripción.  De ideologia de mercado, dotado de una buena capacidad comunicacional, puede transformarse en una novedad para la derecha.  Como no lo acompaña ninguna lista parlamentaria, no amenaza a ningun barón de la UDI o de  RN.

Tambien en la centro derecha ha surgido la candidatura de Ricardo Israel, abanderado del PRI, de origenes social democratas, puede cubrir espacios que Evelyn no convoca. 

COMUNAL PS PROVIDENCIA

viernes, 2 de agosto de 2013

La Haya: ¿problema de derecho o de consenso?

 
                                                  Gabriel Gaspar



Cuando la diplomacia peruana presentó la demanda en contra nuestra, desconociendo los acuerdos vigentes desde 1952, Chile, fiel a su tradición jurídica replicó con una sólida defensa, pero no se quedó solo con el argumento legal, complementó su defensa haciendo ver  y sentir que tal demanda era una actitud no amistosa.

Aclaremos. Nosotros no fuimos juntos con el Perú a La Haya, fuimos demandados. Respetando nuestro compromiso con el Pacto de Bogota, hicimos valer nuestros derechos.

Desde entonces a la fecha mucha agua ha corrido bajo el puente, y de una manera que aun debe explicarse,  nuestra diplomacia cambió.  Si bien mantuvo la defensa jurídica,  modifico la política y adoptó la llamada tesis de “las cuerdas paralelas” que Lima nos propuso desde un inicio.  Aquí no habría pasado nada, viviríamos el mejor momento de la relación bilateral y esto no sería mas que un lejano tema jurídico que habría que encapsularlo, porque vendría un futuro esplendor de inversiones y comercio.  Esta política, diseñada por la Cancillería peruana para amortiguar el reto que nos lanzó, fue inexplicablemente acogida por nuestras autoridades en los últimos tiempos y pasamos a los brindis y las condecoraciones.

Este cambio envió señales políticas muy confusas a quien quisiera leerlas.  ¿A Chile no le importa que se desconozcan sus Tratados limítrofes?  ¿Importa mas para el Interés Nacional las inversiones en el exterior que el territorio?  ¿Dónde quedo la intangibilidad de los tratados como piedra angular de nuestra doctrina en materia de limites?

Un ejemplo de lo anterior es la posterior demanda boliviana, los bolivianos argumentan que  la presentación de su demanda no es un acto inamistoso, que Chile no se molesta con ello y ponen como prueba, la cordial relación existente hoy entre ambos gobiernos, como si no hubiera pasado nada.

Para complementar la confusión hemos conocido la interpretación de que la  demora en el fallo se debería “a que el tribunal siempre busca generar amplios consensos en torno a sus fallos”.  Queda la duda de si se busca el consenso dentro del tribunal, o si tribunal buscaría no  perjudicar a ninguna de las partes,  o sea, buscaría un fallo salomónico.

Chile concurrió ante la Corte representando sus derechos, validados en documentos vinculantes que se respetan desde hace décadas.  No acudimos a la Corte para que “busque un consenso”.  Lo que los chilenos esperamos de nuestras autoridades y de nuestra diplomacia es que defiendan nuestro Interés Nacional.  Pese a lo que se sostiene, lamentablemente en este tema, en los últimos tiempos no hemos seguido una política de Estado y en cambio hemos enviado señales confusas en todas direcciones.

La solidez de nuestra argumentación jurídica debió y debería ser acompañada de medidas políticas y diplomáticas inequívocas, asertivas, con la serena firmeza de un Estado que se ciñe al derecho internacional en sus relaciones exteriores.

Se acerca Septiembre, mes que estará marcado por múltiples simbolismos de nuestra historia,  probablemente sea el momento en que conozcamos el fallo de la Corte.  También debe ser el momento que los chilenos nos unamos en torno a lo que mas queremos: nuestra población,  nuestro territorio y nuestra voluntad de decidir por nosotros mismos nuestro destino como Nación, es decir, nuestra soberanía.

Publicado en La Tercera 30 de agosto 2013 

viernes, 26 de julio de 2013

DESPUES DE LONGUEIRA, articulo de Gabriel Gaspar

Una semana atrás estalló un terremoto en la política nacional, la repentina —y comprensible— renuncia del candidato oficialista abrió una vorágine con la que asomaron las debilidades de nuestro sistema político.

En el oficialismo se inició una “semana horrible”, en la cual emergieron viejas rencillas que mantuvieron en suspenso la unidad de la coalición. La ecuación final (lo que supone que no tendremos más novedades) muestra una candidatura de la ex ministra Matthei, cuya aprobación fue sacada con fórceps a Renovación Nacional, y con poco disimulo de parte del hegemonismo UDI. Pero también muestra el desangre del Gobierno, que en pocos meses ha perdido una media decena de ministros, entre ellos los de mayor tonelaje y experiencia política (empezando por Allamand y Longueira). Haciendo el recuento de bajas, en estos días la derecha ha perdido a dos líderes históricos que les costó décadas formar. 

Si la posibilidad de victoria en la presidencial se veía difícil en tiempos de Longueira, ahora la duda es mayor. Puede argumentarse que el objetivo es obtener —binominal mediante— una cuota parlamentaria que limite los afanes reformistas de la Nueva Mayoría, pero mucho se tendrá que hacer en estos 100 días de campaña para que en cada distrito impere la confianza mutua y la cooperación entre los dos partidos del oficialismo.

Pero el daño para el oficialismo es mayor. Una coalición que resuelve de esta forma sus diferencias, le muestra a la ciudadanía una débil capacidad de gobierno y de construcción de mayorías; qué decir de los consensos. 

En suma, semana horrible para la derecha, pero lo pirotécnico de su crisis ayuda a disimular las debilidades que también mostró la oposición en estos días.

Una Nueva Mayoría que levanta las banderas de la renovación, que busca la adhesión de la juventud y mostrarse abierta a los cambios que la sociedad demanda, en estos días evidenció en el distrito de Illapel que no está muy lejos de sus tradicionales prácticas, muchas de las cuales explican la derrota de la Concertación el 2009. 

Asimismo, la principal coalición opositora, ante una coyuntura que le permitía mostrar sus diferencias en materia de construcción de acuerdos y construcción de futuro con el oficialismo, se embarco en una áspera y poco disimulada discusión respecto a los recelos que la composición del comando depara. Es claro que en la Nueva Mayoría hay matices diferentes, pero también es claro que hay una voluntad colectiva en torno a la candidata. En momentos de desorden y caos del oficialismo, la oposición se dedicó a cuestionarse internamente. Por el contrario, si hubiese afirmado su propuesta común, plural y colectiva, habría avanzado mucho terreno.
 
Ha pasado más de una semana de la renuncia de Longueira y tenemos un oficialismo tratando de sanar heridas autoinfligidas y una oposición que le cuesta mantener el ritmo tras una ofensiva de victoria. Si en estos días junto a las imágenes de disputa en el oficialismo se hubiesen conocido de grandes y plurales acuerdos de parte de la Nueva Mayoría, la penetración en nuevos territorios de la ciudadanía hubiese sido posible. 

Para la institucionalidad se abre una etapa complicada y novedosa. Si bien desde hace tiempo estamos en presencia de un presidencialismo de minorías, en estos meses que quedan de aquí a marzo esta tendencia se va a acentuar. Uno de los efectos de sensación térmica de las primarias (acentuadas con lo que pasó esta semana) es que ya tenemos virtualmente una Presidenta electa. Pero es eso, una sensación térmica, porque queda tiempo para noviembre y mucho más para marzo.

Publicado en La Segunda 25.7.13 : http://blogs.lasegunda.com/redaccion/2013/07/25/despues-de-longueira-2.asp