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viernes, 26 de octubre de 2012

Elección municipal 2012: campaña y agenda de los concejales



David Silva Johnson
Abogado, Doctor en Planificación Urbana
Candidato a Concejal por Providencia
Partido Socialista de Chile


A propósito de las elecciones municipales del próximo domingo 28 de octubre, se ha discutido que los candidatos a alcaldes y concejales no tienen propuestas reales, y que se promueven a punta de slogans, caras, frases e imágenes. Quisiera poner algunos antecedentes sobre la mesa – por lo menos con respecto a los concejales –  respecto a por qué es atendible y también conveniente que así sea.

Es atendible porque según el art. 79 de la ley Orgánica de Municipalidades al Concejo Comunal le corresponde, entre otras, elegir al alcalde (en caso de vacancia), aprobar el plan comunal de desarrollo, aprobar el presupuesto, aprobar el plan regulador comunal, fiscalizar el cumplimiento de los planes y programas de inversión municipales y la ejecución del presupuesto municipal, fiscalizar las actuaciones del alcalde y una multiplicidad de otras funciones de carácter no ejecutivo en que abundan las formas verbales de mera asistencia en el trabajo municipal del tipo “pronunciarse”, “recomendar”, “citar o pedir información”, “solicitar”, “analizar”, ”supervisar”, “informar”, etc.

Claramente la suma del poder a nivel local y las funciones de corte verdaderamente ejecutivo están radicadas en la figura del alcalde, que según la ley es la máxima autoridad de la municipalidad y en tal calidad le corresponderá su dirección y administración superior. Las atribuciones que tiene el alcalde superan con mucho el quehacer que ostenta el Concejo, y como está actualmente concebida la ley, este órgano colegiado no es mucho más que una figura ornamental y con suerte colaborativa en el entramado del poder administrativo municipal.

Dicho lo anterior no cabe sino desconfiar de los concejales que en su campaña dicen buscar desarrollar programas de gran impacto, construir tal y cual obra de beneficio público largamente esperada por los habitantes de la comuna, instaurar una nueva forma de hacer política en el ámbito municipal, llevar adelante novedosas iniciativas con claros impactos positivos para los vecinos, etc.

Y digo que también es conveniente que los candidatos se den a conocer con nombres e imágenes porque un candidato que sale del florido esquema del “no vengo a vender, vengo a regalar” y privilegia en cambio en su campaña el parco lenguaje de un nombre, una idea, una cara, está por lo menos alineado con la verdad de las cosas en lo que dice al rango de acción que le cabrá en el ámbito del Concejo Comunal que pretende integrar.

Es cierto, algunos candidatos abusan en su afán de llamar la atención y distinguirse en la innúmera y variopinta selva eleccionaria (hoy se presentan más de 400 candidatos extra en relación a la elección de 2008), pero se ha de estar en su pellejo para ver lo que cuesta que el elector los pueda primero diferenciar (que ya es un logro!) y después ponderar su perfil, su partido político, su planteamiento base e idealmente sus reflexiones acerca del quehacer municipal en la localidad concreta en que compite.

De todas formas, existen por lo menos dos cosas básicas que el elector debiera evaluar antes de dar su voto a tal o cual candidato. Primero, la trayectoria del concursante. En este punto es obviamente deseable que la mujer o el hombre que desea ser electo concejal muestren en su historia de vida alguna relación laboral, académica o del tipo participación ciudadana con los temas que engloba el gobierno local. Elegir por ejemplo a un gran ex-seleccionador de fútbol o a un excelente conductor de programas infantiles de la televisión en principio parece no ser muy adecuado para que desempeñe las tediosas y a veces complicadas labores de la administración municipal. En segundo lugar importa que la persona elegida sea honesta. Parece trivial pero algo tan básico parece no ser valorado por anticipado por los votantes. Hay ejemplos de sobra como el bullado caso de los problemas con la ley que han debido enfrentar algunos miembros del Concejo Municipal de Arica que demuestran que la falta de honestidad puede traer muchas consecuencias después de elegidos nuestros representantes municipales. La ley tampoco ayuda mucho en esto porque el dinero que perciben los concejales por las sesiones asistidas no alcanza para solventar gastos de vida de una familia; de este modo existen incentivos peligrosos como para que los concejales puedan lucrar con actividades para-municipales en principio no prohibidas por la ley (tramitación de permisos de construcción, tramitación de permisos de ley de alcoholes y un largo etcétera). Aquí el mensaje es claro: desconfíe de un concejal o concejala que sólo vive de su trabajo como tal. Si esto es así, hay gato encerrado.

Todo lo anterior no obsta a que existan algunos temas que el candidato o candidata tenga como predilectos y desee, desde su posición de colaborador el alcalde, impulsar y poner en discusión en el seno del gobierno local en busca de alguna concreción posterior. En este sentido me parece que hoy existen temas tan elementales que por lo menos en el caso de la batalla eleccionaria que se libra en la comuna de Providencia – que me ha tocado seguir más de cerca – brillan por su ausencia en las propuestas de alcaldes y concejales que se ofrecen. Entre están destaco las siguientes: i) la promoción de la armonía en la vida de nuestros barrios mediante acciones que contribuyan a generar mayores grados de equilibrio y buen vivir en el día a día en la comuna de Providencia, que posee una identidad tan marcada por su carácter residencial y el desarrollo de comercio a escala barrial, abriendo para esto el dialogo ciudadano para mejorar la información y la gestión de usos de suelo, aéreas verdes, salud, educación, seguridad, cultura, reciclaje doméstico, sustentabilidad y presupuesto municipal; ii) idear programas inteligentes para el adulto mayor no ya sólo del tipo entretención y pasatiempo, sino como una iniciativa que les permita aportar desde sus respectivas destrezas profesionales y enorme capital de sabiduría practica y teórica acumulada, de modo de permitirles generar un ingreso extra y poner de relieve su capacidad de transmisión de conocimiento y saberes a las personas más jóvenes de la comuna; iii) last but not least, generar esquemas y procesos que permitan una efectiva accountability ciudadana para ponderar colectivamente, de modo objetivo y con una periodicidad razonable, el quehacer y la gestión administrativa de la comuna.

En fin, es de esperar que el domingo 28 de octubre la población votante del país (que es mucho más numerosa que la que podía hacerlo en nuestras ultimas elecciones!) vote por candidatos a concejales que genuinamente se interesen por poner en práctica una política de puertas abiertas desde la concejalía para recibir a la ciudadanía, sus expresiones políticas, sociales y culturales, restaurando su rol central en la participación colaborativa que apunte al desarrollo y proyección de sus comunas.

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